3. Guía 3: interacciones

3.3. Interacción e interactividad

3.3.3. Diseño centrado en el usuario

Hasta ahora hemos visto qué es la interacción persona-ordenador y dos modelos de interacción propuestos por importantes autores en la materia. Necesitamos ver el papel que tienen las personas en el diseño de interacción y el arte interactivo.

En este punto, nos preguntaremos ¿cómo impacta todo esto en los procesos de creación y, en definitiva, en la vida de las personas? Podemos considerar el diseño centrado en el usuario como la aplicación práctica de la interacción persona-ordenador, aunque es hay que hacer dos aclaraciones:

  • El diseño centrado en las personas va más allá del contexto tecnológico, ya que se aplica —o debería aplicarse— al diseño de cualquier producto que quiera tener en cuenta a las personas que lo usarán.
  • Se utilizan indistintamente los términos personas y usuarios. Tradicionalmente se ha utilizado el término diseño centrado en el usuario (DCU) y en la actualidad se utiliza el término diseño centrado en las personas (DCP), que resulta más inclusivo y respetuoso.

Teniendo en cuenta todo esto, se puede definir el diseño centrado en el usuario como:

«Una manera de planificar, de gestionar y de llevar a cabo proyectos de creación, de mejora e implementación de productos interactivos. A la vez que también es considerado una filosofía o un enfoque de diseño según el cual cualquier actividad de diseño debe tener en cuenta para quién se diseña y también los contextos de uso».

(Garreta y Mor, 2010)

De esta manera, el diseño centrado en las personas propone un proceso de trabajo y un conjunto de métodos y técnicas para situar a las personas en el centro del diseño.

 

Proceso del diseño centrado en las personas

Os recomendamos leer la información sobre el proceso de diseño centrado en las personas del Design Toolkit de la UOC. Si queréis profundizar en ello, encontraréis información detallada sobre sus diferentes dimensiones en el «Cuaderno de Diseño centrado en las personas».

Llegados a este punto, proponemos reflexionar sobre el arte interactivo (interactive media art) y su relación con el diseño centrado en las personas. ¿Debería la producción de arte interactivo seguir un proceso de diseño centrado en el usuario? La respuesta, seguramente, es que no siempre, que las instalaciones interactivas quizá deberían seguir un proceso creativo no condicionado por los futuros espectadores. Sin embargo, del mismo modo que otras expresiones artísticas, las instalaciones interactivas tienen un público, y debe ser capaz de interaccionar con la obra y por esta razón los «usuarios» se denominan interactores. Si el público no entiende cómo puede interaccionar con la obra, no habrá interacción. Si el hecho interactivo no se produce, ¿podemos decir que la obra es interactiva? ¿Es una obra completa?

Katja Kwastek es historiadora del arte y académica experta en media art. En su obra Aesthetics of Interaction in Digital Art (2013) propone un marco teórico y metodológico para estudiar y analizar el interactive media art. Según Kwastek, la invitación a la participación es lo que caracteriza al arte interactivo y lo valida como una forma de expresión artística. Además, afirma que el arte interactivo sitúa la experiencia del receptor en el centro. Teniendo esto en cuenta, podemos observar que el arte interactivo de alguna manera tiene que tener en cuenta a su «usuario», aunque lo llama de manera diferente dependiendo del tipo de obra y el contexto: público, participante, receptor, espectador, observador, ejecutor, etc., siendo interactor el nombre más aceptado. Aquí es importante recordar lo que hemos presentado en la primera parte de este apartado en relación con la reciprocidad, la responsividad y, sobre todo la agencia (tanto del sistema interactivo como del espectador)

Para terminar este apartado, es importante comentar que en el diseño de interacción también es recomendable no hablar siempre del usuario:

«El concepto de usuario que se utiliza en diseño se relaciona más con la ergonomía y los factores humanos. Es por este motivo, y teniendo en cuenta las particularidades del diseño de interacción, que es preferible usar el término inter-actor al referirse a las personas que utilizan los dispositivos o sistemas digitales. Con el término de inter-actor ampliamos los objetivos que hay que tener en cuenta por el diseño, centramos la atención en la interrelación de las personas con los artefactos, como se actúa sobre ellos, cómo se buscan e interpretan las acciones de las personas y las respuestas de las máquinas».

(Gondomar, 2020)