5.4. Poesía experimental
5.4.1. Introducción
Durante el siglo xx la poesía se expandió a varios ámbitos creativos, explorando distintos formatos y experimentando en los dominios de la imagen y el sonido.
Esto que ahora podemos denominar poesía experimental empezó sobre todo a partir de mediados de los años cuarenta del siglo xx, adoptando muchas formas diferentes, como el letrismo, la poesía visual, la poesía sonora, la poesía concreta, los poemas objeto, el espacialismo, etc., vinculadas a movimientos de vanguardia europeos y americanos.
Un resumen fantástico de la poesía experimental del siglo xx se recoge en la exposición «La xarxa al bosc» (mayo-septiembre de 2019) de la Fundación Joan Brossa de Barcelona. De hecho, el propio Joan Brossa es un ejemplo claro de poeta vanguardista, y su poesía escénica, visual y objetual son ejemplos de lo que hablábamos. Podéis navegar por su obra en la web de la Fundació. De hecho, Brossa se atrevió incluso con una Sextina cibernética (1981), programada con un IBM de dimensiones gigantes por el químico Santiago Farré y los informáticos Josep Font y Jordi Bastardes en el centro de cálculo AGMA de Vilafranca de Penedès.
Es importante remarcar que esta poesía ya no se limita al mundo del libro, sino que atraviesa disciplinas como la pintura, la escultura, el cine, etc. En la poesía interactiva digital (ciberpoesía) más actual, el perceptor-reconfigurador establece una colaboración cada vez más activa: muchas veces, sin su colaboración no hay pieza. Mirad, por ejemplo, este vídeo que recoge la obra Three Graces (1966-1968), de Ken Cox, y echad un vistazo también a ubuweb, repositorio fantástico para encontrar ejemplos de poesía experimental y visual.